domingo, 2 de noviembre de 2014

ADALBERTO ORE LARA UN CRIOLLO DE PURA SEPA

 

Según los historiadores, la primera serenata criolla se realizó en Lima, el 31 de octubre de 1944 en la plazuela Buenos Aires, en donde se festejó con gran algarabía el onomástico de la Canción Criolla, al ritmo de vals, polcas y marineras, degustando los ricos anticuchos, los sabrosos picarones y el delicioso suspiro limeño. Estamos seguros que don Adalberto Oré tuvo gran participación en este primer evento, que reunió a los cantantes criollos más prestigiosos de la gran Lima.

En este día tan especial, el blog Ideas Siglo 21 rinde homenaje a tan ilustre conchucano por ser un baluarte del criollismo. Y como parte de este reconocimiento, publicamos a continuación el articulo Adalberto Oré Lara, tomado de la Web Criollos Peruanos.Com, con el firme propósito de que las nuevas generaciones conozcan quien fue este ilustre trovador.


ADALBERTO ORE LARA

Adalberto Oré Lara nace un 23 de Abril de 1919, en la Villa de Conchucos, de la provincia de Pallasca en el Departamento de Ancash, de padres católicos, de trascendencia minera del ande, Don Santiago Felipe Oré Piedra y su madre Doña Luisa Lara Coronel Saldaña. Ultimo de 8 hermanos, Manuel y Lorenzo (Ex funcionarios de Sedapal, Julia, Delegada Departamental de Obras Públicas, Jesús, Presidente de la Comunidad de Indígenas de Conchucos, Atilio, Profesor y atleta, ganador de juegos Olímpicos de natación; Fundador del Día de la Cruz Roja en el Perú en el Colegio Guadalupe y primer Secretario General; de Los Maestros del Perú, Primitivo, Brigadier de la Policía Nacional, héroe de la guerra con el Ecuador y Fidencia.Educadora. Viaja a Lima la capital con sus hermanos y su madre, a la Villa de San Miguel, donde pasan los años de su primera infancia, en el barrio de Miramar, de allí pasó a Chacra Colorada y es campeón de Box amateur. Después viven entre Leticia y Abancay, su barrio victoriano, donde conoce a su prima Emperatriz Chávarry (Ima Sumac) y forja su vena criolla, igualmente en la calle Pescadería de Lima.

Entra a la Escuela de Gendarmería de la Policía (Ex-Pip) Allí compone “Murió el Sargento” un torero, hermano menor del Inspector Pip Rodríguez y se jubila como resguardo de los Señores Francisco Miró Quezada, dueños del Comercio, donde conoce a Nico Cisneros y abarca su carrera de compositor. Vive en el cercado, en la calle de las Cruces del Jirón Ilo. Tuvo 5 hijos, Rosa, Daniel Elías, Edwin y Adalberto y se pasa ya casado con la Sra. Arbulo al Agustino, para después pasar a los Barrios Altos, a la calle Huanta (Calle Cruces), donde acaba su vida de bohemio criollo. Sus mejores intérpretes fueron Jesús Vásquez, Abanto Morales, Baldomero Oré García, Linder Peláez, Raúl Cardoso Araujo y Juan Mosto.

Tras minucioso y florido registro Oré Lara aborda el tema ; gimen las primeras en la digitación exacerbada y nerviosa y poseído y tocado la fibra de su genio se remonta en elevadísimas escalas , se refunde en sonoridades profundas , los bordones revuelven las entrañas y los mundos se desbordan como ríos , irrumpen como volcanes , atruenan como en la tempestad , fluye el rayo y su luz ilumina el caos , condensa la naturaleza convulsa y va dando forma a las cosas y a los seres , el poseído espera derrotar la dorada imagen de la amada ausente y lejana o la voz inequívoca de la querida desaparecida . Otras veces es la melancolía, el reclamo y el cariño que se desbordan al pie de las ventanas o balcones como un remanso musical impregnado de esencias narcóticas.

Oré Lara, en la soledad de su guitarra se estremece de dolor, la música se reviste de nostalgia y el artista vierte sus logros en la melodía, mientras sus dedos sangran su pena en la malla temblorosa de las cuerdas Esto le sirvió para obtener el premio “El Inca de Oro” 1956, una estatuilla como la de los Oscares en Hollywood. El guitarrista esta como un médium prendido al instrumento, sus manos frenéticas recorren el traste con maestría lascivia y surgen notas lánguidas, gemidos entre cortados, ondas voluptuosas que contagian y conturban, estremecen y hacen estallar.

Su fama rebasa a la cátedra. El barón de la guitarra criolla, sus manos crispadas por la emoción ejecutan maravillas y sortilegios crepitantes de morbideces rítmicas que seducen y embriagan a los oyentes y dejan exhaustos al “Maestro Beto”. Su séquito que le sigue le tiene fama bien ganada de “Chupacaña”. No hay juerga sabrosa sin la guitarra de la animación y una voz arronconada de grandes cualidades. Así pues Oré Lara fue el bohemio de la guitarra, es el representante de bardos jaraneros y tenorios de los Barrios Altos y la Victoria. Bebió de las linfas cristalinas del terruño, las más tiernas melodías de la sierra y su vocación natural lo llevó a la música criolla.

El guitarrista conoce el efecto de su música. En sus cuerdas se mese la ilusión y la fantasía, se urde la intriga de las pasiones, los requiebros se cimbran y hacen esquienses y el galanteo como en un trapecio hace equilibrios y malabares rítmicos .Oré Lara escoge su canción o lo compone. o la canta con su voz de ruiseñor en su canto a la aurora ; es la música de la alondra que llama al amor, como e todas sus composiciones como: Qué le debo a la vida, Nunca Podrán (Ganadora del Festival del Criollismo en Trujillo), Loca Pasión, Camino de Traición, Oh Victoria, Al Compás de un Valsecito, Murió el sargento, Corazón de Piedra, Si don Luis, Droga Maldita, Gringa Lucha, Muñeca Loca, Plazuelita del Cercado, Me cuenta un Amigo y otras más. Deja de existir en Lima, en el Hospital de Policía en 1989.


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